Los proyectos de arquitectura son largos, costosos y, en la mayoría de los casos, se hacen una sola vez en la vida. Por eso, elegir al arquitecto adecuado no es una decisión que deba tomarse a la ligera.
Te comparto mi opinión más humilde poniéndome en el lugar de alguien que está empezando este proceso.
1º Pide varios presupuestos
Cuando entras por primera vez en el mundo de la construcción es normal sentirse perdido. Por eso, comparar varios presupuestos te ayudará a entender mejor el sector, los rangos de precios y qué puedes esperar de cada profesional. No te cortes en pedir toda la información que necesites.
2º Averigua bien qué incluye el servicio (y qué no)
En arquitectura cada equipo trabaja de forma distinta. Hay quien incluye la dirección de obra, quien no; quien lleva la gestión de licencias, quien la deja fuera; quien incorpora visitas semanales a obra y quien las limita.
Pide un listado detallado y evita sorpresas desagradables a mitad del proceso.
3º Detecta green y red flags
La primera reunión es muy reveladora. Observa quién comunica con claridad, quién escucha de verdad, quién se interesa por tus necesidades y quién va directo a vender.
Escucha tus sensaciones: la honestidad, la transparencia y la buena comunicación se notan desde el minuto uno.
4º Evalúa el feeling
Un proyecto puede durar meses… y a veces más. Habrá momentos emocionantes, otros agotadores y alguno que te pondrá a prueba. Por eso es fundamental ir de la mano de una persona en quien confíes, con quien puedas hablar con naturalidad y que te dé seguridad cuando el camino se vuelva cuesta arriba.
Quiero pensar que, como arquitecta, no solo diseño espacios bonitos ni me limito a tramitar licencias. También actúo como consultora constructiva, acompañando a mis clientes desde la primera idea hasta la entrega de llaves. Porque un buen proyecto no solo necesita técnica: necesita cuidado, comunicación y un equipo humano que vaya contigo de principio a fin.